Haití sufrió este 14 de agosto las consecuencias de un terremoto grado 7.2 que tiene al país sumergido en una situación de total crisis. Los reportes internacionales difunden fotografías de edificios completamente caídos en Puerto Príncipe que se entremezclan con las imágenes de la destrucción del anterior terremoto de 2010 (las tiendas improvisadas de refugio aparecían de a poco desplegadas entre un mar de escombros en la capital). Se habla de miles de fallecidos en estos momentos.
Mientras la ayuda humanitaria se despliega por alrededor del mundo para colaborar en labores de rescate, refugio, salud y alimentación, surgen preguntas: ¿cómo ayudar desde la arquitectura?
Gran Ri Vil Jeremie pic.twitter.com/RBPStzMOxE
— JCOM Haïti (@JCOMHaiti) August 14, 2021
¿Qué podemos hacer los arquitectos tras un terremoto?
La comunidad de arquitectura se moviliza en tiempos de crisis. El 17 de abril de 2016, en respuesta al terremoto que afectó a la costa de Ecuador y que dejaría un saldo de 650 fallecidos y 30.000 damnificados, la oficina RAMA Estudio se asoció con otras 10 firmas jóvenes para aportar en la reconstrucción del país. Así nació "Actuemos Ecuador". Algunas lecciones de esta experiencia: Antes de todo, piensa, analiza y planifica. Tras un desastre, todos tenemos las mismas preguntas. Al momento de actuar, piensa en qué eres bueno (y en qué no estorbas). No vayas donde no te necesiten. Ayuda, pero no seas asistencialista. Siempre recuerda que la unión hace la fuerza.
¿Qué significan las grietas en las estructuras de hormigón?
En la Ciudad de México, tras el terremoto del 19 de septiembre de 2017, el fotógrafo mexicano Onnis Luque presentó una serie de fotografías donde se pueden ver edificios cubiertos con un velo negro, el cual se instaló para evitar que se desplomaran las piezas que conformaban aquellas edificaciones. El desconocimiento generalizado sobre las estructuras, tuvo como resultado que identificar los tipos de fracturas y gritas para conocer el riesgo de derrumbe se convirtiera en una necesidad de todos los ciudadanos.
Las fracturas son aberturas mas acentuadas y profundas, de 0.5 a 1.5 mm. Pueden ser visualizadas a simple vista y son mucho más peligrosas que las fisuras porque la ruptura del elemento estructural ya ha ocurrido y puede afectar la seguridad de la pieza. Las grietas son ranuras con aberturas mayores de 1.5 mm, profundas y bien marcadas. Con esta magnitud permiten además que el aire y el agua penetre al interior de la pieza, lo que requiere de atención inmediata. Pueden causar corrosión de la armadura o reacciones químicas no deseadas en el material. No se deben cerrar simplemente sin buscar las causas y solucionar el problema que lo causó.
Arquitectura de emergencia, ¿Construcción local o prefabricación?
El diseño puede responder a la crisis. En los casos más extremos, se necesitan respuestas arquitectónicas inmediatas que sean capaces de ofrecer protección y atención a las personas afectadas. Hay dos grandes posturas marcadas en lo que respecta a las construcciones de emergencia. Por un lado, se encuentran los prototipos prefabricados –total o parcialmente- que son transportados a los lugares afectados por medios terrestres o aéreos y poseen diseños flexibles y en algunos casos modulares para adaptarse a casi cualquier clima y circunstancia –de esta naturaleza son los sistemas de piezas montables, las estructuras retráctiles, los pabellones inflables y membranas textiles-, sistemas que en general pueden compactarse o desarmarse para ser trasladados con facilidad.
Por el otro, se encuentran los proyectos realizados in situ que posibilitan la incorporación de técnicas y materiales locales y habilitan la participación de los damnificados en los procesos constructivos. Entender la conveniencia de cada uno, es crucial para actuar de la mejor forma posible.
¿Qué materiales podemos usar para construir refugios de emergencia?
A pesar de los refugios de contenedores y textiles tensados, existen una serie de materiales de gran disponibilidad y buenas características físicas que pueden cumplir funciones de emergencia, presentándose como soluciones efectivas más allá de la experimentación. Algunos ejemplos son el bambú, las cajas plásticas y el cartón - este último ampliamente explorado por el arquitecto japonés Shigeru Ban como material de construcción desde 1986.
Para crear nuevos lugares de encuentro y coordinación en situaciones de emergencia, los andamios son una buena alternativa si pensamos en la velocidad de construcción y en un presupuesto ajustado. Si bien suelen ocuparse como estructuras provisionales, también permiten componer rápidamente un espacio jugando con las horizontales, verticales y diagonales, y combinándolo con otros materiales como textiles, madera, policarbonato y metal.
¿Cómo la participación comunitaria ayuda en la reconstrucción post-desastre?
Después de un desastre, ciudades enteras a menudo necesitan ser reconstruidas. En otras palabras, además de la construcción de viviendas, es necesario repensar la infraestructura, el equipamiento, los flujos y la dinámica urbana para que las nuevas estructuras estén protegidas, en caso de que se repita el desastre. Además del conocimiento técnico de arquitectos, urbanistas y otros profesionales, y el apoyo financiero de las instituciones, el diálogo con la población y su participación en este proceso son esenciales para proponer soluciones apropiadas.
¿Cómo construir la arquitectura post-desastre? 10 ejemplos a corto, mediano y largo plazo
Para que un proyecto sea exitoso frente a un desastre natural, se debe entender cómo satisfacer tanto la inmediata necesidad como a la reconstrucción y estabilidad en el tiempo. Ejemplos que van desde el Shiftpod de Christian Weber o el prototipo de estructura flotante de So? se deben pensar acompañados de una lógica a largo plazo.
Como sucede en cada crisis, la respuesta del gobierno y del gremio frente a las adversidades deja entrever la cruda realidad "permanente" del refugio temporal. La realidad de la vivienda de emergencia en países latinoamericanos es que, los que tienen más suerte viven en campamentos temporales por un año o dos, y otros con menos suerte nacen y mueren en espacios inhabitables “de emergencia” en busca de un futuro que nunca llega a las familias.